Hasta que el Ejecutivo municipal vete la ordenanza del edil Pablo Grasso, aprobada en la última sesión del Concejo Deliberante de Río Gallegos, se realizarán paros “sorpresivos” por parte de los choferes afiliados a UTA. Así lo indicó el secretario general Rubén Aguilera, quien volvió a advertir que la vigencia de la ordenanza hará peligrar las fuentes laborales de los trabajadores del volante. La norma establece que el llamado a licitación para el transporte público que lleve adelante la comuna, sea adjudicada a dos empresas que se encargarán de ofrecer el servicio en dos líneas cada una (A y B; C y F).
Aguilera sostuvo “Estamos en estado de alerta y movilización y las medidas serán sorpresivas. No tenemos horario ni franja horaria o día establecido. A cualquier hora podemos movilizar y podemos hacer asambleas”, aclaró: “Al no ser un conflicto laboral no tenemos que rendir cuenta a nadie”.” se dividirá la adjudicación de las líneas “sin hacer un análisis previo de mercado para ver si las líneas son rentables”.
Además consideró que al existir dos empresas, todos los derechos que hayan adquirido los trabajadores, como antigüedad, viáticos, descanso, etc, deberán volver a reclamarlos y “empezar de cero”.
“Una cosa es luchar contra una empresa y otra con dos, más con un Concejo jugando para la patronal y no para el trabajador. Dividir no es beneficioso al usuario y si quieren velar por el usuario que apliquen los instrumentos legales para que la empresa cumpla con horarios y demandas”, advirtió.
Al consultarle por los usuarios que serán afectados por las medidas sorpresivas, Aguilar marcó: “Yo lo único que le puedo pedir es disculpas por las molestias ocasionadas, pero la función de la organización es velar por la fuente laboral”