El próximo 4 de marzo se conocerá si se imponen o no los 10 años de cárcel que el fiscal Oliver Rammsy está pidiendo contra Eduardo Aranda Vergara, quien ayer fue condenado por unanimidad por los jueces del Tribunal Oral como autor del delito de tráfico de drogas.
Los hechos ventilados en juicio datan del 25 de octubre de 2013, cuando un llamado al “fono drogas” alertó a la PDI sobre las actividades ilícitas que el acusado ejecutaba, ya que había viajado a Argentina para adquirir la droga, la cual ocultó en uno de los paneles de las puertas de un automóvil, reingresando al territorio nacional a través del paso fronterizo de Casas Viejas.
Se indicó durante el juicio, que si bien en un comienzo de las diligencias habían sido dos los detenidos, el propio Aranda y un amigo que lo acompañó a Argentina, Rammsy explicó que durante la investigación se logró descartar la participación del segundo involucrado, por lo que se decretó el sobreseimiento respecto de él, quien sólo se enteró del real motivo del viaje al ser aprehendido por la policía.
Operativo policial
Durante el juicio se conocieron detalles del operativo policial ejecutado para la interceptación de la droga. Algunos pasajes poco comunes del proceder guardan relación con el seguimiento que se le hizo por varios kilómetros al automóvil que transportaba la marihuana, lo que se extendió desde Kon Aiken, a 32 kilómetros al norte de Punta Arenas, hasta el sector del parque Chabunco, lugar donde alertado por el vehículo que los seguía, el acusado intentó burlar la acción de la PDI internándose en la zona de camping, siendo detenido en dicho lugar.
Confirmada las identidades de los ocupantes, se procedió entonces a la revisión del vehículo encontrándose 7 paquetes de marihuana prensada, la que arrojó un peso 2 kilos y 43 gramos, droga que según añadió el representante de la Fiscalía, tenían como destino ser comercializada en Punta Arenas.
Una pena de 10 años es la que pretende el fiscal para Aranda, mientras que el abogado defensor Cristian Opazo planteó que se reconocieran todas las atenuantes, como la colaboración sustancial en el esclarecimiento de los hechos, ya que incluso su representado prestó declaración voluntaria ante los jueces del tribunal, y fue su propio relato lo que exculpó al segundo detenido. Hasta la fecha en que se dará lectura a la sentencia, Aranda permanecerá en prisión preventiva.
La Prensa Austral