El nuevo editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi palabra
La realidad lo puso a Lázaro Báez sobre arenas movedizas. Mientras más se mueve, más se entierra. Y en su desesperación se lleva puesta a Cristina. La arrastra hacia la cárcel porque resolvió romper la omertá. Esa palabra significa para el código de la mafia siciliana, la ley del silencio. Nadie habla. Se cierra la boca como un juramento de que nadie va a revelar datos o información que perjudiquen a la organización criminal. El que rompe la Omertá en la mafia es castigado con la muerte. Esperemos que aquí no se llegue a tanto y que los códigos de la mafia de los pingüinos sean más pacíficos.
Enojado y asustado, Lázaro dice que todos los usaron de forro empezando por Cristina Fernández de Kirchner. Reclama, exige casi a los gritos que el juez siga investigando hacia a arriba. ¿Quién está arriba de Báez? De Vido, Néstor y Cristina. No creo que Lázaro haya tenido otro jefe. De hecho no es la primera vez que dispara contra algún integrante del Cártel de los Kirchner. ¿Se acuerda cuando dijo: “Yo puedo explicar mi declaración jurada. Ni Echegaray ni Alicia pueden explicar sus bienes”.
Báez se habló encima. Se ensució a si mismo cuando dijo que por pensar distinto Cristina no le dio nada. Primero porque eso es mentira. Pero si fuera cierto, sería la confirmación de que Néstor le daba obras públicas con sobreprecios y retornos por pensar como él y que su viuda no. Es que así se malversaron los dineros de todos los argentinos. A los amigos todo, a los amigos de lo ajeno. A confesión de partes, relevo de pruebas. La información dura y pura dice que Lázaro recibió la friolera de 24.500 millones de pesos durante el reinado de la dinastía K. Austral Construcciones, se fundó 12 días antes de que Néstor jurara como presidente. Los Kirchner y los Báez formaron un concubinato para el delito. La convivencia fue obscena entre ellos. No hay que olvidar que la última noche en que Néstor estuvo vivo, cenó con Lázaro y Cristina. Y que el mausoleo faraónico donde descansan los restos de Néstor fue diseñado, construido y durante un tiempo vigilado por Lázaro con todos los gastos a su cargo. Digo durante un tiempo porque en su momento Lázaro se enojó y le mandó a Cristina las llaves del mausoleo de Néstor. Dejó de custodiarlo y mantenerlo. “Que se haga cargo la viuda”, les dijo a unos amigos de Santa Cruz.
Este Lázaro ya no se levanta ni anda. Este Báez no es un cartonero. En el 2008 la Coalición Cívica los denunció ante la justicia como integrante de una asociación ilícita cuya jefa era Cristina. A los Báez y a los Kirchner los une el mismo destino del juicio y castigo. Es difícil que alguno zafe de la condena. Están atrapados sin salida.
A esta altura no hay ninguna duda: el gobierno de la familia Kirchner fue el más corrupto de la historia. Los del menemismo fueron vueltos, chirolas, al lado de estas montañas de dólares y euros contados con maquinitas, transportados en bolsos y aviones, pesados en balanzas y depositados en bóvedas o en el exterior. Lázaro Báez fue el amigo, socio, cómplice, testaferro y empleado de Néstor y Cristina que más rápido se hizo millonario pero que dejó los dedos más pegados por todos lados.
Más que pingüinos son los buitres de Río Gallegos. Los que tienen niveles de codicia nunca vistos. Los que son capaces de vender a la madre y a las madres de plaza de mayo por una caja fuerte llena de miserables billetes. Los muchachos de la agrupación “Lázaro Báez para la Victoria y la Fortuna de Cristina pusieron al estado al servicio del enriquecimiento ilícito de la familia presidencial. Alguna vez escribí que Lázaro era el Alfredo Yabrán de los Kirchner. Un mafioso todo terreno. Produjo el milagro de la multiplicación de los panes y los peces y las estancias y los autos de alta gama y de los millones de dólares y de euros. El que andaba en camionetas 4×4 y en su propio avión ahora es trasladado con chaleco antibala, casco, un policía con un escudo adelante y con francotiradores que cuidan que nadie asesine a Lázaro Báez.
Hay un tema macabro y terrible cuando Leonardo Fariña, el valijero arrepentido autodenominado “imputado colaborador” sugiere que podrían asesinar a Lázaro Báez. Hay que decirlo con toda claridad. En una parte de su testimonio, Fariña que hasta ahora se pudo comprobar como cierto todo lo que denunció, dice textualmente que:” Si lo pudieran silenciar (a Lázaro) lo van a silenciar” y que “ellos, (por Cristina, Máximo, De Vido y Echegaray) serían felices si le da un ataque al corazón: su vida no vale nada”. Lázaro está en su peor momento. Cristina también. Ambos temen porque sus hijos mayores puedan perder la libertad. Sobre todo Martín Báez. Se supone que a un padre le va a remorder la conciencia porque primero lo convirtió en delincuente y ahora está a un paso de convertirlo en presidiario.
Hay que apurar la sanción de la ley de la “extinción de dominio” para que sus bienes vuelvan al pueblo, es decir a sus legítimos dueños. Hay que avanzar con la ley que genere la figura del arrepentido en todas las causas o la de la “delación premiada” que tan buen resultado tiene en Brasil para combatir la megacorrupción de estado. Ese señor desesperado que habló ayer es el caso de movilidad social ascendente más veloz de toda la historia. Lázaro Báez pasó de empleado bancario a megamillonario. Es el segundo jefe del ladriprogresismo feudal que encabezan Cristina y Máximo. Ricardo Echegaray anticipó que iba a terminar preso.
Según el evangelio, Lázaro de Betania ya estaba muerto y sepultado. Pero llegó Jesuscristo que era su amigo y lo resucitó en un instante y con una frase: “Lázaro, levántate y anda”. Este Lázaro de estos tiempos de cólera, se parece más a otro personaje bíblico que es casi su contracara. A Poncio Pilatos, el que se lavó las manos y con ese gesto, selló la condena a muerte de Jesús. Es el símbolo del oportunismo, la vileza y la traición.
Lázaro Báez, forro y magnate. Una síntesis perfecta del patoterismo de estado que organizó el robo del siglo. Es hora de que paguen por el daño que hicieron. Y que devuelvan la plata. Para que el forro no nos trate de forros a todos los argentinos.