Obras de culto con millones de fanáticos sufrieron con la ambición de productores que sólo buscan el mejor negocio para la cartelera. El Zorro, Darth Vader y Daniel San, entre las víctimas
Matrix Recargado (2003): Los hermanos Wachowski volvieron 4 años después de haber creado una obra de culto para destrozar la historia con agentes Smith dibujados por computadora y un Neo volador. Encima termina con un «Continuará».
¿Qué pasó ayer? 2 (2011): Desde Las Vegas pasaron a Tailandia con todos los estereotipos posibles. Los recursos se repiten, es obvio todo lo que va a pasar y desaparece la empatía por esos tres sujetos patéticos. No hay tigres, pero hay un mono.
La leyenda del Zorro (2005): Si «La mascara del zorro» tenía una construcción de personajes y un cierre redondo, por qué añadir otro capítulo con explosiones, un caballo veloz como un tren y un nene que genera más peligro del que hay. Fue una injusticia para el mayor superhéroe de la historia.
Esperando la carroza 2 (2009): Sin China Zorrilla ni Antonio Gasalla, en esta versión barata todos los personajes son exagerados hasta el ridículo. No hay sutilezas y muchas situaciones intentan provocar risas por lo desagradable que son.
Jurassic Park: El Mundo Perdido (1997): Un Tiranosaurio Rex suelto en las calles de Estados Unidos, cazadores de dinosaurios y una niña que escapa del velociraptor con sus aprendizajes en las clases de gimnasia.
El proyecto Blair Witch 2 (2000): Todo es negocio en Hollywood. La historia de bajo presupuesto y found footage se transformó en una película de adolescentes escépticos que salen a buscar una bruja y lloran cuando la encuentran. Una gran estafa.
La segunda trilogía de Star Wars (1999 – 2005): Una época nefasta para los fanáticos de la saga con Luke Skywalker. El extraño humor de Jar jar binks, la guerra de los clones, Ewan McGregor y un maestro Yoda hecho con el Paint de Windows resume que hicieron todo mal.
Karate Kid 2 (1986): Daniel San superó sus miedos y ya no es un perdedor. Sin embargo, los traumas ahora son de Miyagi y el que pasa a dar lecciones de vida es el chico. Una vuelta de tuerca que destruyó la mística de los personajes.
Aliens (1986): El ritmo inquietante por un asesino oculto en los conductos de ventilación se desborda en la continuación de James Cameron, fanático de los efectos especiales y las peleas entre opuestos. El traje de robot para luchar a golpes con el monstruo convirtió a la gran película de suspenso en una comedia pochoclera.
Hannibal (2001): el doctor caníbal escapó de prisión y anda buscando policías para cortarles el cerebro, cocinarlo en una sartén y darselos de comer. La actuación de Julianne Moore quedó opacada por el recuerdo de lo que hizo Jodie Foster en «El silencio de los inocentes»
Infobae