La escalada de los precios en productos de la canasta familiar y otros servicios esenciales como el gas envasado también impactó en la turística localidad de El Calafate. Esto hizo que el intendente Javier Belloni pidiera “racionalidad” a los comerciantes de su ciudad.
Uno de los casos más emblemáticos de este fenómeno inflacionario sólo justificado por la especulación, se detectó en la venta de gas envasado ya que, coincidentemente, a principios de esta semana hubo una gran demanda por la demora en la llegada de un camión que transporta ese producto que es imperioso para muchos vecinos de barrios alejados de la zona céntrica, al no contar aún con la red de gas natural.
Tal situación fue reflejada por el portal digital Ahora Calafate, que citó el testimonio de una vecina de nombre Cyintia, la cual comentó que el sábado anterior “fui a preguntar por el tubo de gas y me dieron como precio 790 pesos y el miércoles ya me pedían 1.400”.
El citado medio periodístico hizo las consultas pertinentes al responsable de la venta de gas envasado en esa localidad, Herminio Diomeda, quien argumentó el aumento en el hecho de que ese producto está dolarizado.
Al mismo tiempo se deslindó de responsabilidades en la formación de los exagerados precios al indicar que los envases (tubos y garrafas) son propiedad de la abastecedora Surgas, que tiene su sede en Río Gallegos y que la última lista que a él le llegó indicaba que la garrafa de 10 kilos tiene un costo equivalente a 50 dólares, mientras que el tubo de 45 alcanza los 150 dólares.
BELLONI APELA A LA SOLIDARIDAD
En línea con otros funcionarios santacruceños de distinto rango que comenzaron a repudiar los indiscriminados aumentos, el intendente Javier Belloni emitió el jueves un comunicado de prensa a través del cual pidió a los comerciantes de su ciudad que “actúen de manera racional y solidaria con la comunidad que les ha permitido desarrollarse y crecer”.
Si bien no habló de instrumentar sanciones, solicitó a los comerciantes que no adopten “conductas que generen incertidumbre”, traducidas en “la falta de productos, restricciones en las ventas y la falta de claridad a la hora de publicar los precios reales”.
Al mismo tiempo consideró necesario señalar que “desde el Estado nacional se están llevando a cabo las medidas necesarias para que en las cadenas de distribución y de valor se mantengan estables los precios de los productos para la población, ya sea en el sector alimentario como en el de la construcción”.