La pista Wilkins, en la base australiana Casey, fue construida hace cuatro años y costó US$46 millones.
Debido al calentamiento global la pista se está derritiendo y no es posible cumplir con el programa de vuelos, necesarios para transportar provisiones a las bases científicas.
Conozca la historia de esta pista de aterrizaje en este video de BBC Mundo.