La ex mandataria no contestó preguntas en los tribunales pero habló con la prensa al salir; dijo que es una «persecución política» de parte del actual gobierno.
Cristina Kirchner terminó de declarar ante el juez federal Julián Ercolini y no contestó preguntas. Según pudo saber LA NACION, la ex mandataria leyó y corrigió ella misma las palabras que utilizó para defenderse en la indagatoria por corrupción que hoy la acercó a los tribunales de Comodoro Py.
Luego de presentarse ante la Justicia, la ex mandataria habló con la prensa: «Es un disparate mayúsculo pretender que hubo una asociación ilícita liderada por el Ejecutivo con distintos funcionarios públicos. Es una maniobra formidable de persecución política que no es original, que también pasa en Brasil y tiene como foco al ex presidente Lula da Silva. Es una maniobra a nivel regional y acá obviamente del actual gobierno, que trata de tapar el desastre económico y social que hoy tiene la Argentina. Es una cosa que tiene que resolver la sociedad y eso se resuelve en elecciones», deslizó.
En ese sentido continuó, consultada por un periodista sobre una posible candidatura en las elecciones del año próximo: «Yo creo que apuntan contra dirigentes que pueden ser candidatos y ponen en peligro a su electorado. Por eso tampoco es casual la insistencia del voto electrónico con chip. Nadie puede pensar que estas políticas la gente pueda votar […] Lo han demostrado todos los técnicos. Es un momento de gran responsabilidad institucional», dijo. También cuestionó el fuerte operativo policial en la zona.
Según reveló, solicitó a Ercolini una auditoria sobre la obra pública desde 2003. «Un grupo de diputados presentó un proyecto para construir una Comisión Bicameral de auditoria de obra pública desde 2003 y lo presenté también formalmente ahora. Porque no sólo paso en Santa Cruz la descentralización de la obra pública», dijo.
«Yo quiero que se investigue toda la obra publica. El primo del Presidente fue el tercer adjudicatario de obra pública. En muchas obras fue asociado a Austral Construcciones. Yo no, sino Calcaterra», lanzó. «Que se haga una investigación no sesgada. Es ridículo que en el cúmulo digan que se haga sobreprecio en una sola provincia, un solo distrito, una sola empresa».
Cristina Kirchner llegó pasadas las 10 a los tribunales de Comodoro Py para prestar declaración ante el juez federal Julián Ercolini. La ex presidenta había definido previamente la estrategia que implementaría en la causa, en la que está acusada de haber direccionado obras públicas en beneficio del empresario Lázaro Báez: comparecer ante el magistrado, pero no contestar sus preguntas.
Tampoco estaba previsto que dejara un escrito aunque, de acuerdo con trascendidos, se remitió al que entregó semanas atrás donde pidió la nulidad de su llamado a indagatoria y apuntó a investigar al resto de los empresarios que se beneficiaron con la obra pública en todo el país, incluido Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri.
El abogado de la ex mandataria, Juan Carlos Beraldi, llegó temprano al juzgado de Ercolini, ubicado en el cuarto piso del edificio de Comodoro Py, que está blindado por un operativo de seguridad especial pedido por la Cámara de Casación Penal. Cristina ingresó al despacho del juez acompañada por Beraldi. Allí, también se encontraban los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques, quienes pidieron su indagatoria en dos escritos de 200 páginas.
Unos 5 mil simpatizantes kirchneristas se movilizaron hasta Retiro para acompañar a la ex presidenta, quien llegó pasadas las 10. En la avenida Antártida Argentina se podían ver banderas de La Cámpora, La Tupac Amaru, Nuevo Encuentro, Miles, Peronismo Militante y Martín Fierro, entre otras agrupaciones.
También se trasladaron hasta Comodoro Py los diputados nacionales del Frente para la Victoria Héctor Recalde y Axel Kicillof; el ex secretario general de la Presidencia Oscar Parrilli; el titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky; el intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini; la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; el dirigente de MILES, Luis D’Elía, y el ex titular de la AFSCA, Martín Sabbatella
Cristina Kirchner fue interrogada por haber favorecido a Báez en el reparto de obras públicas durante su gestión. Ercolini pidió respuestas por la supuesta «maniobra criminal» destinada a enriquecer a su «amigo y socio».