La justicia Federal se abocará a investigar quiénes son los responsables por el derrame del San Sebastián. Conociendo los riesgos se actuó “desaprensivamente”. El informe que recibió Albornoz y qué no hizo.
Por Nicolás Maciel @nicomaciel
Con la mancha en el agua, el Juzgado Federal será responsable de la investigación por el derrame de aguas de sentina del Cabo San Sebastián.
Esto, en virtud de lo que establece la legislación sobre “Delitos Ambientales”; que jurisdiccionalmente corresponde al fuero Federal. Esta investigación podría apuntar seriamente contra Omar Albornoz y otros funcionarios del Estado Provincial; que, según pudimos saber, estaban en conocimiento y no habrían actuado en consecuencia”.
Según trascendió, se contaría con elementos centrales para el legajo judicial. Entre ellos, que precisamente Omar Albornoz sabría desde hace más de un año los riesgos y las acciones a llevar adelante. Fue un mediodía del 17 de julio de 2014, a tres meses del varamiento, que el titular del Consejo de Administración de los bienes de Alpesca, Omar Albornoz, habría recibido un informe detallado sobre “los riesgos de contaminación” de los barcos apostados en la costa portuaria tras el temporal; y las “acciones de contingencia” requeridas. Entre otras cosas que esas acciones de contingencia podían desarrollarse con empresas locales y de manera expedita.
Sin embargo, la justicia apuntaría a investigar por qué a pesar de estas recomendaciones se contrató a otra empresa; Ambiental Campana S.A. de la provincia de Buenos Aires. Según fuentes confiables; las acciones no habrían sido las óptimas; ya que hay indicios que las labores de remoción de dichos pudieron ser “llevados del compartimiento de sentina y depositados en la bodega” del mismo barco; lo cual habría aumentado el riesgo. Es importante destacar que un plan de extracción de los líquidos requiere además un proceso de “disposición final”.
Con la mancha al cuello
El derrame de líquidos de sentina y barros de la maquina dispuso, en una suma que alcanzaría los 20 mil litros en el Golfo Nuevo, entre otros; gasoil, líquidos hidráulicos, lodos de purificación, liquido de sentina, líquidos de compresión. Y los especialistas sostienen que este tipo de elementos “no se degradan así nomás”.
El desplazamiento de estos elementos que podría llegar a zonas como el Doradillo, donde se encuentra la Ballena Franca Austral; o la zona de costa, que en breve recibirá a turistas y habitantes. Aquí la preocupación de muchos ciudadanos.
Existen riesgos de que esto vuelva a ocurrir; sin ir más lejos el fin de semana se aproxima un temporal de viento “y el barco sigue dado vuelta”. Sobre el mar, de manera constante están el Cabo San Sebastián pegado al Joseph Duhamell; y en la arena pero en contacto con el mar de manera diaria están el Promarsa II, Cabo Dos Bahías, Cabo Buena Esperanza y Codepeca. Según entendidos en la materia también con estos riesgos de volcado y contaminación.