sábado , 27 mayo 2023

Caso Abigail: Karla Orellano afirmó: “Me culpan que fui cómplice, pero no sólo mi hija fue víctima”

Río Gallegos.- La mujer acusada junto a su ex pareja de matar a la hija de ambos de 7 meses, afirmó hoy durante el juicio; “Me culpan que fui cómplice, pero no sólo mi hija fue víctima”.

Karla Orellano decidió prestar testimonio ante los jueces que la juzgan junto a su ex pareja Carlos Tortello de “homicidio agravado por el vínculo, en concurso real con lesiones graves reiteradas, calificadas por el vínculo en calidad de co-autores”.

Comenzó su relato, desde que el momento que conoció a Tortello, así lo llamó, por el apellido en todo momento de su declaración en la sala de la Cámara de la Primera Circunscripción Judicial de Santa Cruz donde comenzó a celebrarse el juicio por la muerte de la niña Abigail Tortello.

Aseguró que tuvo un noviazgo traumático, cargado de violencia y celos por parte de su ex pareja, que se inició en 2013.

Comentó que él tenía problemas con sus hermanos, y por ello lo llevó a vivir con ella a la casa de su madre, ubicada en calle Junín al 1092 en el barrio Belgrano de Río Gallegos. “Me pidió un hijo, y yo también quería ser mamá”, afirmó a pesar que ya tenía un niño con otra pareja.

Con voz firme, Orellana, quien es empleada municipal y se desempeñaba en el predio del Vaciadero, aseguró que Tortello estaba enojado porque no se quedaba embarazada.

Dijo que en las primeras agresiones, ya no quería seguir con él, ya que la había amenazado: “Vas hacer lo que yo te diga”, indicó como unas de las frases para amedrentarla. Comentó que una vez la llegó a golpear en el centro de la ciudad. Luego quedó embarazada.

La amenazaba que “iba a quemar la casa y la iba a matar a ella y su familia”. Constantemente la acosaba, llamándola o a través de mensajes de texto.

Con cinco meses de embarazo, fue a la casa de una amiga, cercana a la de su madre, y Tortello fue a buscarla, reaccionó violentamente, y él la espero toda la noche en la calle hasta que ella saliera.

A los seis meses, tuvo que ser internada, ya que tenía un embarazado de riesgo. Aseguró que a pesar de su estado, él la obligaba a mantener relaciones sexuales.

Continuó su relato, en todo momento remarcando que fue víctima de violencia de género, que nadie la ayudó, y que en varias ocasiones, estando embarazada y luego que dio a luz a Abigail, fue agredida o amenazada delante de amigos o la familia.

Comentó que en un momento que había un amigo de él en su casa y delante de su hijo, le arrojó una silla en medio de una pelea.

Una vez borracho, y cuando debían llevar a la niña a su primer control médico, aseguró que la amenazó ante los cuestionamientos de ella por haber bebido y porque se encontraba desocupado; “Cuánto me va a dar por matar a una mierda como vos”.

También afirmó que nunca lo denunció por temor, porque había sido amenazada de muerte, tanto ella como su familia. A pesar de la violencia de su pareja, no sospechaba que él le haya causado las lesiones a la niña. Sin embargo en varias oportunidades comentó escenas de violencia donde la beba era maltratada en medio de peleas.

Aseguró que por miedo no lo acusó, pero tampoco tuvo ayuda ni de las autoridades ni se su propia familia. “Nadie hacía nada afuera”, lamentó mirando al tribunal integrado por el juez Joaquín Cabral, y sus pares Rosa Núñez y María Alejandra Vila. También remarcó que “le daba vergüenza” decir lo que le sucedía. Una de las operadoras familiares de la Dirección General de Políticas de Niñez, Adolescencia y Familia de la Municipalidad de Río Gallegos la trató de convencer para que efectúe la denuncia, pero se rehusó hacerlo por temor.

Una vez fueron citados a una audiencia en el Juzgado de Primera Instancia de Familia Nº 2, Antonio Andrade, pero que sólo los atendió la secretaria del juez.

Además afirmó: “Me culpan que fui cómplice pero no sólo mi hija fue víctima”.

Un día que era golpeada, se refugió en la casa de su madre y llamó a la Comisaría Cuarta pidiendo auxilio, pero sólo dio la dirección, pero no llegó la policía. “Pensé que iba a llegar, pero no lo hicieron”, lamentó.

“Me dijo que iba a comprar un fierro, y me iba a matar a mí, a mis hijos y mi familia”, disparó.

Se refirió como “el día del hecho” a la jornada que su hija fue hallada con un paro cardiorrespiratorio luego de un fuerte golpe en la cabeza cuando se encontraba al cuidado de Tortello.

Comentó que ese día había salido por la mañana junto con la operadora que finalizaba su turno a las 8 de la mañana, y que la persona que la debía reemplazar no se había presentado, y que desde Dirección General de Políticas de Niñez, Adolescencia y Familia no habían designado a otra persona. Ella había salido para realizar un trámite bancario y luego presentarse en un grupo técnico de la dirección municipal.

También comentó cuando viajó por días en el marco de la interna de la UCR, y Tortello se quedó con la beba y supervisado por las operadoras. “No podía sospechar que ella (por Abigail) sufriera maltrato infantil”, remarcó. Asimismo aseguró que “él todo el tiempo pasaba con ella”.

Sobre la relación entre el joven con su hijo, indicó que “nunca le levantó la mano” pero si temía que la golpeara a ella.

Sobre una lesión que tenía la niña en el mentón, pensó que ella misma se “pellizcaba”, pero luego se confirmó que era una herida.

Cuando fueron citados por el Juzgado de Primera Instancia de Familia Nº 2, Orellano afirmó que su pareja la convenció para que llamasen al abogado Evaristo Ruiz para que tome conocimiento de la citación. Aseguró ante la consulta de los jueces, que lo llamó porque “tenía miedo que me la quiten”. Reiteró que la única citación en el Juzgado, fueron atendidos por la secretaria y no el juez. Le ordenaron a presentarse ante un gabinete psicológico.

Comentó que en una pelea, le pegó a ella, y la sacó a la niña de la cuna, la tomó del cuello y la arrojó en la cama.

La juez Núñez le preguntó si no sospechó de violencia contra la menor, en los seis meses de licencia que tuvo tras el parto, y aseguró que no. Es más, sospechaba de su hermano, ya que a la beba la dejaban al cuidado de su madre. En alguna ocasión fue el propio Tortello quien le dijo que podría ser su cuñado el que maltrataba a su hija.

Ante la consulta del fiscal Gabriel Giordano, si vio alguna vez ropa de la beba con sangre, ella dijo que no, y que su pareja en algunas ocasiones lavaba la ropa.

Ante la pregunta de su defensor oficial, Santiago Lozada, sobre la función de las operadoras familiares, afirmó que en algunas “tomaban mate, miraban televisión o el celular y cargaban a la nena”.
Lozada solicitó al tribunal que la prensa no registre a través de videos y grabaciones del testimonio de Orellano. Los jueces accedieron al pedido, que tenía como fin no “influir” con los dichos de la acusada, en el testimonio de los próximos testigos. (ANA)

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