Río Gallegos.- El joven acusado de homicidio de su hija de 7 meses, prestó hoy testimonio ante el tribunal que lo juzga, y responsabilizó a su ex pareja de la lesión que sufrió la niña, que luego le provocó la muerte.
En la tercera jornada por el juicio por la muerte de Abigail Tortello, víctima de violencia intrafamiliar, prestó declaración su padre, Carlos Tortello, acusado “Homicidio agravado por el vínculo, en concurso real con lesiones graves reiteradas, calificadas por el vínculo en calidad de co-autores”.
El joven de 23 años, quien se encuentra preso al igual que su ex pareja Karla Orellano desde agosto de 2014, cuando murió la beba en el Hospital Regional de Río Gallegos.
Afirmó que Orellano cuando tenía 3 meses de embarazo “se golpeaba en la panza” y también lo hizo cuando tenía 6 meses. En esa última ocasión, señaló que se encerró en el baño, y a raíz de los golpes, se provocó una pérdida por rotura de bolsa a lo que se sumó una infección urinaria, y desde ese momento tuvo un embarazo de riesgo, por lo que fue derivada a Buenos Aires, y fue allí donde nació Abigail en enero de 2014.
Dos meses después, una denuncia anónima alertó a las autoridades de un presunto maltrato infantil. Contó que asistentes sociales y la policía arribaron al domicilio donde vivían, en calle Junín 1092 en el barrio Belgrano de Río Gallegos. Inspeccionaron la casa y revisaron a la nena. Le dejaron la notificación sobre la denuncia y la citación a Orellano. La joven de 25 años pensó en ese momento que la acusación la había hecho su ex pareja, padre de su hijo mayor.
Afirmó en la tercera jornada del juicio que se celebra en la Cámara de la Primera Circunscripción Judicial de Santa Cruz que “me generaba desconfianza dejarla a mi hija con la madre”.
Aclaró que no se opuso a la decisión judicial de que operadoras familiares monitoreen a la familia las 24 horas. Pero comentó que Orellana no quería a las operadoras que enviaba la Dirección General de Políticas de Niñez, Adolescencia y Familia de la Municipalidad de Río Gallegos.
También resaltó que en charla con sus familiares, y ante la presencia de operadoras en su casa, les aconsejaron que cuide a su hija, y diagnosticaron que Orellano podía padecer una enfermedad, que le provocaba celos la niña. Contó que en varias ocasiones fue expulsado de vivienda –la casa pertenece a la suegra – y que en un momento pensó que la beba debía estar al cuidado de sus hermanos.
Luego relató lo que ocurrió el 20 de agosto 2014. Esa mañana Orellano se fue a realizar un trámite bancario con la operadora que finalizaba el turno a las 8 horas. No hubo reemplazantes desde el grupo técnico de la Dirección General de Políticas de Niñez, Adolescencia y Familia, a pesar que la operadora que terminaba su turno llamó para realizar la consulta al respecto. Señaló que se recostó, y cerca de las 9:10 horas Orellano regresó aparentemente porque se había olvidado el DNI para realizar el trámite. Allí le indicó que debía darles de comer a los niños –convivía con ellos el hijo mayor de Orellano – y limpiar la casa. Hubo una discusión en la cocina, ella lo agarró de la remera y se la rompió y él se retiró al baño. Según Tortello, escuchó que ella le dijo: “Ahí se cayó tu hija y déjame de romper las pelotas”. Afirmó que escuchó llorar a la beba, salió del baño, y ella no estaba. La llamó por teléfono, y le dijo que “le hiciste a mi hija” y la joven le cortó la llamada.
Regresó al cuarto donde se encontraba la cuna con la niña, y la halló “convulsionando”.
Aseguró que la puso sobre la mesa donde le cambian los pañales, y como no reaccionaba llamó una ambulancia para pedir auxilio ante la emergencia.
Le puso un paño mojado en la cabeza, y cuando arribó la ambulancia, aseguró que les dijo a los médicos que “la madre me había dicho que se había caído”.
“Sea o no inocente, se lo que hice y asumo mis responsabilidades con 23 años que tengo. Si soy o no inocente voy a pagar por mi hija, y no por lo que diga la sociedad, se como fui como padre. La sociedad es muy injusta”.
También al tribunal, les dijo que espera que se “hagan responsables” Olga Sánchez, el cuerpo técnico, colaboradores y abogada la Dirección General de Políticas de Niñez, Adolescencia y Familia, como así también el pediatra Horacio Córdoba, porque “no se puede mirar para un costado” y agregó: “Me gustaría que todas las personas se hagan responsables de sus actos”.
Antes de terminar, pidió disculpa a su familia, y a su hija. “Mi familia siempre quiso que se sepa la verdad, y no es como dice la sociedad. Yo por mi parte voy a pagar la sentencia que los jueces decidan”.
El fiscal Gabriel Giordano propuso ante las evidentes contradicciones entre ambos imputados que haya un careo, lo que fue rechazado por los defensores. De la misma forma no permitieron que se exponga el informe de cámara Gesell, al que fue sometido el hijo de la acusada.
En la primera jornada del juicio, Orellano había afirmado: “Me culpan que fui cómplice, pero no sólo mi hija fue víctima”.
Aseguró que tuvo un noviazgo traumático, cargado de violencia y celos por parte de su ex pareja, que se inició en 2013.
Continuó su relato, en todo momento remarcando que fue víctima de violencia de género, que nadie la ayudó, y que en varias ocasiones, estando embarazada y luego que dio a luz a Abigail, fue agredida o amenazada delante de amigos o la familia por su ex concubino.
Se estiman que este viernes se conozcan los alegatos de las partes, y dentro de los cinco días hábiles, el tribunal integrado por el juez Joaquín Cabral, y sus pares Rosa Núñez y María Alejandra Vila, darán a conocer la sentencia. (ANA)