Río Gallegos.- El jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Capitanich, se reunió con el sacerdote Juan Carlos Molina, con quien conversó sobre los principales objetivos de la Secretaría de Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar).
Tras el encuentro, Capitanich publicó en su cuenta de Twitter una foto de la reunión con el padre Molina y contó: “Conversamos sobre el trabajo que tenemos por delante”.
Conversamos sobre el trabajo que tenemos por delante. pic.twitter.com/u8fVkhRaVk
— Jorge M. Capitanich (@jmcapitanich) noviembre 30, 2013
De esta manera, el jefe de Gabinete cumplió con lo anunciado ayer en Casa de Gobierno, donde brindó precisiones sobre la designación ordenada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Al hacer el anuncio en la Sala de Conferencias de la Casa Rosada, Capitanich señaló ayer que Molina “recibió el retiro de las licencias ministeriales a través del obispo (de Río Gallegos) Miguel Angel D`Annibale a los efectos de poder ejercer esta responsabilidad que le ha encomendando la Presidenta”.
Molina reemplaza a Salvador Julio Postiglioni, quien se desempeñaba en el cargo interinamente tras el alejamiento de Rafael Bielsa.
El obispado de Río Gallegos aclaró hoy que el sacerdote Juan Carlos Molina, designado al frente de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), asumía “a título personal” y no lo hacía “ni en nombre ni en representación” de la Iglesia.
“El padre Juan Carlos Molina enterado de la propuesta de ser designado al frente del Sedronar acudió a su obispo diocesano, monseñor Miguel Angel D’Annibale y le pidió que le retire las licencias ministeriales para el ejercicio público del ministerio sacerdotal, a fin de poder asumir el cargo que se le ofrecía”, subrayó.
La curia diocesana precisó en un comunicado que “el retiro de las licencias ministeriales para un sacerdote significa que no puede celebrar los sacramentos ni presidir el culto público de la Iglesia”.
Y, agregó que “el retiro de las licencias está pautado mientras el padre Molina esté al frente de esa responsabilidad”.
“El padre Molina, quien continúa perteneciendo a la diócesis de Río Gallegos y mantiene el vínculo con su obispo y su clero, asume esta tarea a título personal, por la larga experiencia que tiene en el campo del trabajo con jóvenes que han caído en el flagelo de la droga, pero no lo hace ni en nombre ni en representación de la Iglesia Católica”, indicó.